Si hay algo que no entra en discusión es que la Economía del Conocimiento sigue creciendo en el mundo a paso firme.
Dentro de este ecosistema podemos nombrar como relevantes a la ciencia, la investigación y la tecnología.
El conocimiento se encuentra de manera transversal en todos los sectores de la economía y genera empleos de calidad, como así también soluciones a ciertos problemas.
Pese a este crecimiento en buena parte del mundo, pero en especial en América Latina, hay menor participación femenina en lo relacionado con las TIC.
Si bien hay una mayor intervención de mujeres vinculados a la Tecnología, Innovación y Conocimiento, la realidad muestra que la mayoría de los puestos claves están ocupados por hombres. Aunque en algunos casos, se está revirtiendo esta tendencia.
En Argentina, Brasil y México, aproximadamente un tercio del total de personas ocupadas en los sectores relacionados a los servicios basados en el conocimiento –que son los que tienen salarios por encima del promedio de la economía y que ofrecen empleos de mayor calidad-, son mujeres. Esto fue revelado en un informe elaborado por CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).
Es por eso que muchos hablan de romper el “techo de cristal” o “pared de cristal”, que permitiría una mayor participación de las mujeres en cargos o puestos claves del sector económico.
El término “de cristal” intenta explicar y visibilizar los diferentes obstáculos que impiden a las mujeres llegar a lugares de poder y de decisión.
De hecho, el informe mencionado sostiene que el 40% de los graduados en carreras vinculadas a ciencia y tecnología son mujeres, pero que sólo 24% de los contratados en esos ámbitos pertenecen al género femenino.

En busca de la igualdad
Al igual que en otros sectores, en la mayoría de los trabajos todavía existe una brecha en cuanto a cargos y salarios percibidos por hombres y mujeres.
Si bien hay una pequeña evolución en esta diferencia, aún resta mucho por hacer para que haya mayor igualdad.
Un dato alentador es que cada vez más mujeres deciden capacitarse en temas vinculados con la Ciencia, la Innovación y la Tecnología.
En Mendoza existen 9 facultades y algunos institutos (privados y públicos) que cuentan con carreras, terciarios o capacitaciones relacionadas a la Economía del Conocimiento.
Existen organizaciones, como por ejemplo «Chicas en Tecnología», que permiten reducir la brecha de género en el ambiente emprendedor tecnológico a nivel regional.
Esta plataforma que nació en Argentina, ya trabaja con mujeres de nuestro país, Chile, Uruguay, Colombia, Paraguay, Perú y México.
Otro de los ejemplos es el “Club de Chicas Programadores”, que tuvo su génesis en la localidad de Olavarría pero que luego se replicó en distintos lugares del país.
Se trata de clubes gratuitos destinados a chicas que cursan la secundaria y que tengan ganas de “aprender programación, producir un cambio positivo, hacer amigas y conocer más sobre el fantástico mundo de la tecnología”.
En Mendoza la primera experiencia de este club la realizó Godoy Cruz en el 2020 y repitió el año pasado. En ambos casos tuvo una gran participación de las chicas.
Después sumaron el “Club de Chicas Programadoras” departamentos como Rivadavia, Malargüe y San Rafael.
Acortar la brecha tecnológica es otro de los objetivos a lograr en nuestro país, en América Latina y en todo el mundo.