Se trata del proyecto Iberogen, que fue posible gracias al trabajo articulado de Vivero Mercier, el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO), e instituciones internacionales.
En el marco del Mes del Malbec, se realizó en La Enoteca la presentación de los resultados del Proyecto Iberogen, una investigación científica que logró descifrar el genoma completo del Malbec.
Se trata de un hallazgo científico es fundamental para conocer la respuesta de la variedad insignia de nuestro país frente al cambio climático y para atender otros desafíos del mercado vitivinícola mundial.
Este proyecto fue encabezado por Vivero Mercier y el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO), en colaboración con instituciones internacionales.
El estudio fue publicado recientemente en la reconocida revista científica Horticulture Research (Oxford Academic), y se convierte en un hallazgo trascendental que sienta las bases para nuevas investigaciones tendientes al mejoramiento de distintos aspectos cualitativos y cuantitativos de la variedad Malbec.
La investigación desarrollada por científicos mendocinos reveló datos claves que permiten conocer la respuesta del cepaje emblemático argentino frente al cambio climático. Y al mismo tiempo, abre las puertas para la creación de nuevos productos, que sean capaces de atender a los más diversos desafíos y necesidades del mercado vitivinícola mundial.

¿Qué es el proyecto Iberogen?
“El proyecto Iberogen es un consorcio de cooperación bilateral que comenzó en el 2016 de la mano de Vivero Mercier de Argentina y Bodegas Roda de España, por el cual ambas empresas firmaron un acuerdo de colaboración y de explotación de resultados, con el compromiso y el interés para trabajar en investigaciones científicas sobre la diversidad genética existente en variedades de vid “bandera” en Iberoamérica: Malbec y Tempranillo respectivamente”, explicó la licenciada Laura Bree, responsable del Departamento de Investigación, Desarrollo e Innovación de Vivero Mercier.
Para llevar adelante el proyecto, organismos científicos de Argentina y España participaron de la iniciativa, entre ellos: el Grupo de Genética y Genómica de Vid del IBAM (Instituto de Biología Agrícola Mendoza, CONICET-UNCuyo) en representación de nuestro país y el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino, representando a España. La investigación contó con el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, dependiente del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación.
El proyecto Iberogen se propuso como objetivo “estudiar la diversidad genética existente en Tempranillo y Malbec, para seleccionar líneas más adaptadas a las condiciones de cambio climático que permitieran ir sustituyendo a los materiales genéticos existentes, por clones mejores adaptados a las nuevas condiciones ambientales”, comenta el ingeniero Daniel Bergamín, director técnico de Vivero Mercier. Por otro lado, se buscaba obtener variantes somáticas de los varietales más relevantes de España y Argentina e identificar genotipos más adaptados para las nuevas condiciones climáticas, manteniendo el genotipo básico del cepaje, sus características productivas, enológicas y su tipicidad.
La investigación recientemente publicada contó con un equipo interdisciplinario de expertos en diferentes ejes de trabajo relacionados a los campos de la vitivinicultura, la fitopatología, la bioinformática y la genética. Los investigadores que participaron fueron: Luciano Calderón, Pablo Carbonell Bejerano, Claudio Muñoz, Laura Bree, Cristóbal Sola, Daniel Bergamín, Walter Tulle, Sebastián Gómez Talquenca, Christa Lanz, Carolina Royo, Jabier Ibáñez, José Miguel Martínez Zapater y Diego Lijavetzky.

El genoma del Malbec
Es bien conocido que el cambio climático afecta los ciclos vegetativos y reproductivos de la vid, produciendo cambios específicos en el desarrollo de la uva, acelerando la disminución de ácidos orgánicos, induciendo un incremento en la concentración de azúcares y desfasando la acumulación de antocianas de la maduración fenólica. Como consecuencia, estas uvas dan lugar a vinos de grado alcohólico excesivo, baja acidez, baja intensidad de color y sabores astringentes.
De hecho, “en el mundo de los vinos de alta gama, la composición genética de las uvas es fundamental para la calidad y la singularidad del producto en cada botella. El Malbec, es una variedad de uva muy apreciada y conocida por su color característico y su amplio perfil aromático, consecuencia de su complejidad genética” comentó la licenciada Bree. El Malbec presenta un genoma altamente heterogéneo que influye en sus características distintivas.
“El equipo de investigación del proyecto Iberogen ha descifrado el conjunto del genoma diploide de Malbec, proporcionando una perspectiva más clara sobre la interacción genética entre sus dos variedades parentales, Prunelard y Magdeleine Noire des Charentes”, precisa el Dr. Diego Lijavetzky del IBAM. El material que se utilizó para realizar esta secuenciación fue el Malbec clon Mercier® 136, que corresponde a una obtención de Vivero Mercier Argentina del año 1999, proveniente de un viñedo de más de 100 años ubicado en Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza.